EL PAQUETICO DE AGUJAS
Nonita compraba cada
semana al viejo Don Julián, su paquete de agujas SEWING SUSAN desde hacía 25
años. En la casa ya era tradición escuchar la voz del viejo ofreciendo, a todo
pulmón, sus tradicionales agujas cada sábado a las 7 am. Pocos eran los
compradores, pero había una casa en donde Julián siempre recibía una
refrescante limonada y los 2 Bolívares del paquetico de agujas.
El diálogo cambiaba poco semana tras semana:
- - Buenos días Doña Zoila.
- - Cómo está señor Julián, cómo va la venta
hoy?
- - Dura Doña Zoila, pero ahí vamos… con el
favor de Dios y la buena voluntad de las personas.
Y así refrescaba el viejo la garganta, con el vaso de la limonada recién
hecha de los jugosos limones del palo del solar.
El paquetico iba a parar después a la gaveta de la cómoda del cuarto de
Nonita, una gaveta repleta de agujas que caían en las manos de amigos y
familiares y aún así nunca se lograba vaciar.
Una mañana del sábado, viéndola exprimir el limón para la limonada de Julián me le
acerqué y le dije:
- - Nonita, para qué más agujas? Hay
suficientes en la cómoda ya…
- - Mijo… las agujas no las necesito. Esta
es mi forma de ayudar a Don Julián si quebrantar su dignidad.
Johnny Lenin Romero Peralta
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